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BIENVENIDO MARZO Y LAS ALERGIAS

Hasta hace poco, la alergia se limitaba casi en exclusividad a los meses de mayo y junio, coincidiendo con la polinización de las gramíneas y el olivo. Sin embargo, el perfil de la alergia a los pólenes ha cambiado radicalmente. Actualmente sólo el 10% de los alérgicos está sensibilizado a un único polen y los síntomas de ésta llegan cada vez más pronto.
En 2007, un estudio elaborado tras realizar un seguimiento de la dieta de 460 niños menorquinos confirmó la existencia de una relación estadística de consumo de frutas, verduras y pescado y un menor ratio de alergias, algo que no ocurrió con otro tipo de alimentos incluidos en el estudio como el pollo, la ternera, los lácteos o el pan.

Al margen de esta investigación, una de las pocas que arroja luz sobre la importancia de la dieta de bebés y niños en el desarrollo posterior de alergias y asma, lo cierto es que los adultos solo pueden librarse de la alergia mediante vacunas. El resto de tratamientos, incluidos los antihistamínicos, sólo sirven para aliviar los síntomas, algo fundamental para que las personas con alergias no demasiado fuertes puedan hacer vida normal sin necesidad de someterse a una vacuna.

El tratamiento con antihistamincos, y otros fármacos de alivio sintomático como colirios o antitusivos, puede ser complementado con una alimentación diseñada ex profeso para combatir la alergia que, en los casos más leves, puede ser suficiente para mitigar los síntomas. Los grandes aliados de los alérgicos son la vitamina C y el ácido fólico, nutrientes con propiedades antiinflamatorias, que ayudan a aliviar las reacciones alérgicas, y que se encuentran en grandes concentraciones en estos siete alimentos, ideales para combatir estornudos, toses y picores.

1. Brócoli

El brócoli es uno de los “superalimentos”preferidos por los nutricionistas por su alto contenido en fibra y su gran concentración de vitaminas. Es una de las verduras con mayor concentración de vitamina C, con 83 mg por cada 100 g. Los expertos recomiendan consumir 500 mg de vitamina C al día para aliviar los síntomas de la alergia. El brécol pertenece a la familia de las crucíferas junto a la col, el repollo, la coliflor, el nabo o la rúcula, verduras de invierno con conocidas propiedades para aliviar la sinusitis.
 
2. Cítricos
Para llegar a consumir los 500 mg al día que recomiendan los nutricionistas es casi obligatorio tomar naranjas y mandarinas de postre, las frutas con mayor concentración de esta vitamina. Aunque su concentración es menor que en el brécol (una naranja contiene 49 mg de vitamina C por cada 100 g) son el complemento perfecto para las comidas de los alérgicos.
3. Ortiga
La ortiga es uno de los remedios naturales más conocidos para aliviar los síntomas de la alergia. Aunque no toda la medicina alternativa que se promociona para tratar la alergia es adecuadala ortiga, en concreto, ayuda a mitigar la inflamación de las vías respiratorias gracias a la histamina, la sustancia química que el cuerpo produce durante una reacción y que ingerida a través de la ortiga ayuda a adquirir tolerancia. La ortiga puede encontrarse en los herbolarios (suele venderse en forma de capsulas), pero no está recomendado su uso a largo plazo, pues puede agotar las reservas de potasio de nuestro cuerpo.
 
4. Coles y berzas
Al igual que el brócoli, estas verduras pertenecen a la familia de las crucíferas pero, además de tener un alto contenido en vitamina C, contienen carotenoidesun pigmento natural que ayuda a combatir la rinitis propia de la alergia.
 
5. Bayas de saúco
Las bayas de saúco son un popular tratamiento natural para la gripe, pero también sirven para aliviar los síntomas de la alergia. Se venden tras ser tratadas (en zumos, vino o mermelada), pues son comestibles sólo tras su cocción y todas las demás partes de la planta son tóxicas. Son eficaces contra la alergia pues contienen flavonoides, un compuesto de acción antioxidante y antiinflamatoria.
6. Petasites
Las petasites son planteas herbáceas de la familia de las asteráceas cuyo efecto para prevenir la alergia, según constato un estudio publicado en 2002 en el British Medical Journales similar al de la cetrizina, el antihistamínico de segunda generación más común (ya que provoca menos somnolencia). Pese a su comprobada eficacia, las petasites, que pueden encontrarse también en herbolarios, deben consumirse con mucho cuidado, pues sus raíces contienen alcaloides pirrolizidínicos, que pueden dañar el hígado, y deben ser extraídos antes de su ingesta.
 
7. Ajo y cebolla
El ajo y la cebolla son muy ricos en quercetina, un flavonol presente en muchas verduras y frutas (la que más tiene es la manzana) con propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. Si queremos aprovechar sus propiedades, dado lo indigesto de ambos vegetales en crudo, lo mejor es que nos acostumbremos a añadirlos a todos nuestros guisos.